Alberto Cifuentes
Todos, cual más cual menos, estamos con una sensación de interrogante con lo que está ocurriendo en Venezuela y que en el bien de todos sus habitantes se desea una aclaración ordenada y que deje en relativa paz a la familia de ese país americano.
Hecho el paréntesis y siguiendo con el último tema de actualidad que hice hace unos días atrás, intento hacer una reflexión en torno al por qué necesitamos autoridades de nivel comunal.
En primer lugar, estimo que no son para perpetuarse en el poder y que son para desarrollar ordenadamente el rol de la democracia, basada en principios políticos de libertad e igualdad.
En lo práctico para sostener un buen plano regulador y que en conjunto con la comunidad se vaya mejorando cada vez más.
No los queremos para que se vean bien en los actos públicos, sino para que estén constantemente poniendo la firma en la inauguración de un nuevo bien comunal, cortando la cinta de una sede vecinal, de un recinto deportivo, un bien recreativo fluvial.
Creando grupos de trabajo que sostengan el patrimonio histórico comunal, como por ejemplo el buen estado de esas calles adoquinadas, el aseo y restauración de lugares de bien cultural comunal, etc.
Que con sus capacidades profesionales y como autoridades atraigan bienes de desarrollo comunal desde otros lugares. Que estén ocupados, constantemente en tener las redes de conectividad vial con otras comunas en buen estado de operatividad.
Me detengo en dos trabajos de función edilicia: Uno proveerse de información y conocimiento para atender a las nuevas condiciones climáticas que están ingresando a nuestros sectores de vida y que no son suaves y comprenden tener capacidades para estar previniendo y creando instancias de mitigación lo más fuertes posibles.
La segunda, el acrecentar el desarrollo de información y conocimiento para tener un sistema integrado de seguridad social no especulativo sino de plena operatividad, propendiendo con ello a que la comunidad representada en niños y niñas, personas de la tercera edad y aquellos que deben salir temprano y llegar tarde a sus hogares por labores y trabajos de la diversidad, no sufran penalidades que incluso les cueste su vida.
Y no menos importante, tener plazas y lugares públicos ordenados, limpios y sanos para el paseo y la distracción de quienes son los habitantes de la comunidad en donde son autoridades. Un dato: ¿Sabía usted, estimado lector, que en las grandes urbes las plazas de entretención son privadas y están ubicadas dentro y fuera de los malls…?
Se debe tener en mente, con fuerza y razón, a la población rural de la comuna con verdaderas redes camineras y de comunicación, con sus propios sectores de reunión social, de salud y deportes (modernos y operativos)
Es un paso de amplio valor que al momento de obtenerse la información de haber sido electos quienes tendrán el rol de autoridad comunal, se restrinjan de intereses políticos partidistas y se unan para democráticamente trabajar en el bien comunal.
Los integrantes de la comuna no necesitan camisetas distintas en el Concejo Municipal, necesitan una sola, la del bien común y como dice la frase…”para el pueblo y con el pueblo”.
Pues bien, la tarea de elegir a integrantes del “pueblo”, la tiene este mismo pueblo, porque una vez elegidos, nos gusten o no, serán nuestras autoridades y a las que no les tendremos pleitesía sino la estimación democrática que corresponde.
Así, si tenemos malas autoridades es porque el pueblo las eligió, no vale el “ustedes los eligieron” y si tenemos buenas autoridades, con alegría podremos decir “hemos elegido buenas autoridades”
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