Alberto R. Cifuentes Avello
En forma general lo que mantiene y son pilares de la sociedad humana es la cultura, la economía y la política y que vienen desde hace más o menos doce mil años y en su interior se desarrollan diferentes sistemas siendo los más duraderos el en donde unos mandan y otros obedecen.
Esto, que son palabras del Dr. Javier Tapia (que Usted y yo no conocemos) hacen ver que estos sistemas, sean cambiantes o no, mantienen la estructura general de desarrollo de la sociedad humana.
Pues bien, así también y dentro de esta estructura ha habido situaciones en donde aparece alguien que observa que puede imponerse más allá de la puerta de su casa, cosa ya muy importante, pues estamos hablando que se impuso, por unos instantes sobre la dueña del hogar para querer imponerse más allá de este. Y lo hacen con un pensamiento de crear un nuevo orden mundial.
Ocurre desde el tiempo del Código de Hammurabi, del cual extractó después Moisés, detrás de unas matas, algunos mandamientos, lo que en suma intentan evitar que los ricos repudien, exploten y opriman a los pobres y estos no se rebelen, no los envidien y tampoco los imiten.
Así aparecieron imperios babilónicos, egipcios, persas, griegos y romanos intentado crear, cada uno, un orden mundial a su medida. En la Edad Media surgió entre la religión europea que traía un nuevo orden mundial y los reinados de esos entonces una clase humana intermedia, pero con dinero y sin él, la burguesía y de cuyo origen fueron apareciendo nuevos entes deseosos de cambiar lo que se entendía como desechable. Aparecieron ideólogos y soñadores con ideas que concebían desaparición de la pobreza y todos serían iguales, produciendo para un centro recolector, encargado después de hacer el reparto y otras en que todos en un mercado libre podían sanamente competir y ganar para bien personal.
De esa rivalidad de ideas se crearon grupos nacionales e internacionales que dieron por golpearse unos contra otros, el que ganaba creaba el nuevo orden mundial.
Así llegamos al presente, en donde está de moda un estadista del norte que en su deseo busca crear, otra vez, un nuevo orden mundial.
No hemos hablado de los poderes fácticos y en los que se estima posible ser los originadores del nuevo orden mundial. Así se menciona entre otros a los iluminatis, Opus Dei, Francmasones, judíos, miembros de iglesias católicas, anglicanas, luteranas, grupos de los siete, multimillonarios, extraterrestres, etc.
Si fuese real lo último, estaríamos hablando de individualidades de determinadas tendencias o “camisetas” que a través de alguna institución estarían creando un nuevo orden mundial, intentando imponer sus ideas, apoyados por los sistemas económicos, en primer lugar y a continuación políticos.
En resumen, el nuevo orden mundial y agrego la nueva era, tienen orígenes en el miedo a los verdaderos cambios que están ocurriendo en economías, gobiernos, ciencia y tecnología, medio ambiente. Pero, por, sobre todo, a la capacidad humana de tener nueva información, nuevas herramientas tecnológicas y por ende conocimientos para resolver problemas diarios, especialmente en el hogar en donde el poder mundial sigue en manos de la dueña de casa.
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