+569 37139466 mosaicoradio@gmail.com

PODER Y OSTENTACION

Mosaico

marzo 2, 2024

PODER Y OSTENTACION

Autor: Alberto Cifuentes

En recientes días atrás y mientras el dolor es intenso por lo ocurrido en barrios de Viña del Mar, un delicado grupo del poder judicial de Chile estaba en plan de adquirir un especial vehículo para su uso personal, fundamentando esta adquisición en el supuesto que los actuales vehículos que tienen no cumplen con los estándares que corresponde al nivel que tienen como magistrados.

Pues bien, esto me hace hacer la siguiente reflexión. Entiendo en cuanto tener poder que es legítimo si se ha logrado adquirir en un marco de plena y eficaz democracia. Como tal quien lo adquiere, por supuesto lo ha obtenido por su personal ocupación en fortalecer profesionalmente ese cargo.

Así lo entiendo especialmente en el Poder Judicial en Chile y que en su contenido tiene como fin establecer con claridad todo aquello que contiene temas de orden y justicia.

Pues bien, y esto va con cualquier cargo público, lo que justamente y lo reitero en pleno derecho de concurso público, se adquiere no tiene relación con que tenga derecho a una oficina alhajada, con mullidos sillones, amplios ventanales, escritorios y otras cosas de altas marcas y estilos y un determinado vehículo de uso personal.

Quien ocupa un alto cargo público debe destacar por su profesionalismo pleno de eficacia, alta responsabilidad, respetuoso de la ley y la justicia. Si es así, la comunidad lo indicará cuando lo vea transitando como una persona de calidad y a quien se debe admirar y respetar.

Eso cae en el pleno marco de la ostentación, entendiéndola como aquello en, como emperador romano, utiliza vestimenta, materiales, vehículos que no tienen – de verdad -, relación con el cargo que tiene. Ostentar, implica exhibir algo, hacerlo notorio. Por lo general, quien ostenta busca llamar la atención para jactarse de algo que tiene: dinero, joyas, un automóvil de lujo, etc.

Esto vale para el mundo privado, que acorde a sus ingresos se provee de comodidades en sus personales gustos.

La ostentación en el ámbito público, cuando ocurre, lo paga la sociedad, en especial esa que es la base del sustento nacional, pagando los impuestos y todo aquello que “legalmente” el gobierno le saca al chileno común. Una simple silla se la proporciona el “pueblo”.

Pues bien, dado lo anterior, este mismo chileno, no podrá ver por la Alameda y principal arteria de Santiago a un destacado magistrado pasando en el vehículo que pretendía adquirir.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

X